La Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) 2024 acaba de comenzar y ayer, durante la discusión general sobre la economía del cuidado, el tema principal de este año, Hamish Jenkins, representante de la RIPESS en la conferencia, tomó la palabra durante casi un minuto para leer una versión abreviada de este texto a los presentes.
En las fotos, colegas de Homenet, miembro de ASEC, el miembro continental de RIPESS en Asia, y otros socios de RIPESS como WIEGO, así como Hamish Jenkins, entre los presentes en la conferencia.
La economía de los cuidados, en particular el cuidado de los niños y de las personas mayores y con discapacidades, ha tendido a ser ignorada por el pensamiento económico convencional. La tendencia ha sido centrarse exclusivamente en el trabajo «productivo» a expensas del «trabajo reproductivo», en el que el trabajo de cuidados desempeña un papel crucial en la reproducción y el sustento de la vida, estableciendo así las condiciones previas y las bases para que las economías estatales y las sociedades funcionen.
La economía de los cuidados ha cobrado importancia con la escalada de múltiples crisis, que van desde los conflictos, las perturbaciones inducidas por el cambio climático, las pandemias y las crisis económicas. Un peligro claro y presente es percibir la economía asistencial como una fuente creciente de beneficios, a través de la «mercantilización» de los servicios de cuidados. Si esta tendencia prevalece, constituiría una violación de los derechos humanos, tanto en lo que se refiere al derecho a un acceso asequible a servicios de cuidados de calidad para todas las personas, como a los derechos laborales de las personas trabajadoras de los cuidados, en su mayoría por grupos sometidos a la marginación, como las mujeres, las comunidades racializadas y las personas migrantes; a menudo en condiciones precarias en cuanto a salarios, prestaciones y condiciones generales de seguridad y dignidad en el trabajo.
La economía de los cuidados debe avanzar en un marco de derechos humanos y corresponsabilidad tanto para usuarios y proveedores de servicios de cuidados, como para quienes tienen la obligación de prestarlos: las entidades públicas. Por extensión, los servicios de la economía del cuidado deben entenderse como un bien público, por lo que los Estados miembros tienen la obligación, individualmente y a través de la cooperación internacional, de hacer realidad progresivamente estos derechos mediante formas adecuadas de apoyo y redistribución, evitando al mismo tiempo medidas que equivalgan a violar el principio de «no regresión», lo que podría ocurrir mediante la privatización de los servicios de cuidado como fuente de oportunidades de lucro. Es probable que con tales medidas se corra el riesgo de excluir a quienes no pueden permitirse sus costes más elevados, al tiempo que se empeoran las condiciones de trabajo de las personas, en su mayoría mujeres, que siguen necesitando prestar estos servicios independientemente de su situación administrativa y vital.
La Red Intercontinental para la Promoción de la Economía Social y Solidaria (RIPESS), junto con muchos otros participantes en esta Conferencia, aboga firmemente por medidas públicas de apoyo a las cooperativas y otras entidades sin ánimo de lucro definidas por la Resolución de la OIT sobre el trabajo decente y la Economía Social y Solidaria de 2022, como una vía para desarrollar la economía de los cuidados junto con los servicios de cuidados de gestión estrictamente pública.
Por sus características no lucrativas y democráticas, la Economía Social Solidaria (o ESS) ofrece una vía para proporcionar cuidados de calidad y asequibles, apoyando al mismo tiempo la transición de la economía informal a la formal y los derechos laborales de las personas cuidadoras, dentro de una visión de realización progresiva. Además, se promueve la creación de empleos decentes en el sector y la dignidad de las personas que los realizan, principalmente mujeres migrantes. El sector público invierte, a través de ayudas y subvenciones, para la creación de proyectos de ESS que promuevan el trabajo de cuidados; transformando el sector y generando una propuesta de mejora continua de los servicios de cuidados. Como consecuencia, también se mejoran las condiciones de trabajo, con salarios justos y acciones para el autocuidado de las personas trabajadoras, basadas en los valores de la ESS.
Hay muchos ejemplos documentados en el informe de la Oficina sobre la Discusión General de esta Conferencia y otras iniciativas gubernamentales apoyadas por la OIT que promueven la economía de los cuidados a través de la ESS. La OIT está promoviendo un innovador programa interregional y plurinacional, que utiliza el Marco de las 5R para promover las cooperativas y otras entidades de la ESS como proveedores de servicios de atención sanitaria de mejor calidad en condiciones de trabajo decentes. Colombia es uno de los países que lidera este programa a través de dos proyectos piloto financiados por la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo, en los departamentos de Cesar y Chocó. Este proyecto forma parte del Sistema Nacional de Cuidados promovido por el Ministerio de Igualdad y Equidad y se centrará en la atención en una comunidad indígena y en la partería en otra comunidad. Es esencial que las Conclusiones Acordadas de la Discusión General de esta Conferencia respalden el apoyo, la financiación y la emulación de tales enfoques para ampliar el papel de la ESS como principal contribuyente a la economía de los cuidados como bien público global.