En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, #25N,  RIPESS Intercontinental pone el foco en esas otras violencias diferentes de la física, psicológica y obstétrica que hacen de las mujeres esa mitad de la población oprimida bajo el yugo del heteropatriarcado: las económicas.

Por violencias económicas nos referimos a aquellos factores que perpetúan situaciones de desigualdad, obstaculizando el desarrollo hacia una vida plena de las mujeres y las niñas en todo el mundo, produciéndose tanto en lo privado como lo público: 

  • Discriminación en la contratación en el sector privado
  • Desigualdad salarial
  • Desigualdad de oportunidades de formación 
  • Control de los salarios de las mujeres
  • Menor representación en los espacios de decisión
  • Menores oportunidades de acceso al mercado laboral
  • Desigualdades de derechos frente a la propiedad de bienes y recursos 
  • Uso del dinero como mecanismo de control y coacción hacia las mujeres. 

En diversos territorios del mundo, como hemos podido documentar en RIPESS Intercontinental gracias a, entre otros procesos, la Comisión de Género Intercontinental, hay una gran desigualdad en las posibilidades de acceso a recursos económicos, ya sean financieros como naturales.

Por un lado, la dificultad para muchas mujeres cuyo trabajo se desarrolla en el ámbito doméstico, es decir, de los cuidados, y no está ni remunerado ni reconocido: no se les conceden créditos de préstamo, hipotecas ni otros productos bancarios que puedan hacer sus negocios o iniciativas crecer. 

Por otro lado, en algunos lugares del mundo el acceso a la propiedad de las tierras se ve limitado por las desigualdades culturales, que hacen que muchas mujeres queden excluidas de la herencia, sobre todo en las zonas rurales. En cuanto a la compra de tierras, está la cuestión del poder adquisitivo de las mujeres y su conocimiento de la normativa que regula dichas ventas.

Según Tarja Halonen, expresidenta de Finlandia (2000-2012) y miembro del Consejo de Mujeres Líderes Mundiales:

Debido a las prácticas discriminatorias, como un régimen de tenencia de la tierra inadecuado, la falta de crédito, la desigualdad salarial y el escaso poder en la toma de decisiones, además de la prevalencia de violencia sexual y de género, la participación de las mujeres en la gestión de las tierras se ve muchas veces bloqueada.  

Desde África y Asia hasta América Latina, vemos cómo las mujeres y las niñas sufren cuando quedan excluidas en la adjudicación de tierras. Actualmente, solo uno de cada cinco agricultores de todo el mundo son mujeres, a pesar de constituir casi la mitad de la fuerza laboral agrícola del planeta y de producir hasta el 80% de los alimentos en los países en desarrollo.

Ante esta falta de Soberanía Económica, la Economía Social Solidaria (ESS) con los valores que promueve y que la mueven, crea oportunidades de futuro y de vida digna para las mujeres en situación de vulnerabilidad. Algunos de estos valores, que son la base sobre la que las entidades que se incluyan en la ESS debería tener como guía, son la equidad, la solidaridad, el apoyo mutuo, la justicia climática, la justicia y protección social, el trabajo decente, el comercio justo, la soberanía alimentaria, el consumo responsable, la gobernanza igualitaria y democrática, el buen vivir, el feminismo … En resumen, el objetivo de poner la vida de las personas y del planeta en el centro frente a la obtención de beneficio sin importar las consecuencias. 

Entre estas iniciativas de la ESS que forman parte de RIPESS Intercontinental y que se esfuerzan en mitigar y luchar contra la violencia económica, este año nos hemos centrado  en dos del continente asiático que de manera inspiradora encaran situaciones más que complicadas tanto en Bangladesh como en la India:

  • Development Wheel (Rueda de Desarrollo // DEW) es una organización sin ánimo de lucro fundada en 1996. El objetivo: promover el alivio de la pobreza mediante iniciativas de autoayuda desde los hogares más pobres de Bangladesh. El principal enfoque de la organización es trabajar para la promoción de hogares sostenibles para pequeños productores agrícolas, artesanxs y de las artes, facilitando el desarrollo de pequeñas empresas con el fin de generar oportunidades de autoempleo sostenibles para la población rural y urbana desfavorecida, sobre todo, mujeres.  Además, DEW también trabaja en los ámbitos del cambio climático y el medio ambiente, la soberanía alimentaria, la promoción de la agricultura de base, la igualdad de género y la capacitación de las mujeres.

La actual situación de violencia en Bangladesh:

Shah Abdus Salam es Fundador y Secretario General del Consejo de DEW, además de participante activo de la comisión de género de RIPESS Intercontinental, que se reúne una vez al mes para compartir preocupaciones, desarrollar herramientas y crear lazos, entre otras muchas tareas que colectivamente van surgiendo en una red feminista y solidaria activa en tantos países y sectores. Es necesaria una revisión constante de las prácticas internas para erradicar las desigualdades de género y promover una transformación del modelo patriarcal, que constituye la base de todas las formas de violencia de género.

El pasado 4 de octubre, Shah compartía en este círculo la horrible situación que sufre su país en estos momentos: 

Después del motín de estudiantes en contra del gobierno y por la democracia del pasado verano; y de que la Primera Ministra Sheikh Hasina y de su gabinete  fueran derrocados por el movimiento prodemocrático de desinversión y un levantamiento de masas contra el gobierno dirigido por el partido centro-izquierda la Liga Awami; se sobrepuso un gobierno militar interino. Fue la etapa final de un movimiento más amplio conocido como el levantamiento estudiantil-popular o la Revolución de Julio. Aunque en un principio el movimiento se limitaba al objetivo de reformar las cuotas en los empleos gubernamentales, se convirtió en un levantamiento antigubernamental masivo tras la muerte de varios manifestantes. El movimiento también se vio impulsado por problemas socioeconómicos y políticos constantes, como la mala gestión de la economía nacional por parte del gobierno, la corrupción rampante de los funcionarios, las violaciones de los derechos humanos, las acusaciones de Sheikh Hasina de socavar la soberanía del país y el creciente autoritarismo y retroceso democrático.

Según Shah, son en realidad musulmanes radicales quienes han tomado el poder en el golpe de estado. La situación es más que crítica debido a un auge de violencia descontrolada en las calles, tal y como se ve en este vídeo Docenas de miembros del partido de Hasina perseguidos y asesinados en ataques mafiosos; encontrados 29 cuerpos. 

No se está dando casi cobertura sobre este tema en medios internacionales, y es que en un día como hoy, cabe destacar la aún más terrible situación para las mujeres rurales con las que Shah trabaja desde DEW, que están en situaciones de altísima vulnerabilidad y que sin una realidad política estable ven peligrar los apoyos que mantienen sus hogares a flote, como ha sido el proyecto Gender Equality Project – Development Wheel.

Las mujeres en Bangladesh ahora están siendo obligadas a cubrirse completamente, cuando Bangladesh ha sido una democracia laica en la que han coexistido varias religiones hasta este año. Los medios de comunicación no hablan de esto en Europa, pero la solidaridad debe ser intercontinental e internacionalista. 

  • Por otro lado, en las zonas más remotas y rurales de India la fundación Parinaama Development Foundation trabaja también con mujeres y niñxs. Además de en salud y educación, centran su trabajo en el eje ‘medios de vida’, haciendo hincapié en los proyectos que crean oportunidades de empleo, proporcionando formación y desarrollo de capacidades para mejorar la empleabilidad y la productividad de las mujeres y jóvenes con quienes trabajan, incluyendo la capacitación económica, el desarrollo de aptitudes y el de de microempresas. En todos los proyectos se abordan las cuestiones subyacentes de la exclusión social, el género y la seguridad de niños y jóvenes para alcanzar objetivos más amplios. 

Es en las zonas rurales, donde la escolarización de las niñas no es todavía algo generalizado, y donde las mujeres no cuentan con las posibilidades de florecimiento, donde sus derechos se ven menos respetados, volviendo de nuevo a la realidad de las violencias económicas: sin posibilidades de bienestar, de prosperidad, aprendizajes, mejora no se puede vivir en pleno derecho. El aumento de la capacidad de elección viene propiciada por una mayor independencia económica y de recursos que permiten –en el caso por ejemplo de mujeres que han sufrido maltrato- comenzar su recuperación.

El emprendimiento como camino hacia la autonomía económica de las mujeres tiene muchas dificultades y obstáculos, sin embargo existen realidades que pretenden generar soluciones y fortalecer este tipo de iniciativas desde un punto de vista colectivo y solidario.

Estos dos proyectos de tanta importancia para un enorme número de mujeres se podrían incluir el año que viene en el trigésimo aniversario de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer y la aprobación de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing 1995 (Beijing+30), considerado el plan más progresista que jamás ha existido para promover los derechos de la mujer. Esta conmemoración constituye una oportunidad para reforzar los compromisos asumidos por los Estados para alcanzar la igualdad de género previstos en la Plataforma de Acción de Beijing, así como para asegurar su incorporación en la implementación de otros compromisos mundiales, como la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, entre otros.