Entrevista con Graciela Quintero Medina, una activista colombiana, miembro de la Mesa Hunzaua, un colectivo que regrupa unas 20 asociaciones locales en Bogotá.

 

¿Cómo nació tu vocación de ayudar a otros?

Primero quisiera hablar de mis padres. Mi mamá es Benita Isaura Medina nacida en Mongua (Boyacá) oficio Cocinera, mi papá fue José Quintero nacido en Ocaña (Santander del Norte) de oficio Cantero. Digo esto porque son mis raíces, heredé de ellos la vocación de servicio, trabajo y solidaridad. En casa siempre hubo niños y niñas que cuidar, amigas que apoyar y hospedar; motivo por el cual vi el ejemplo en lo cotidiano de prácticas como los convites, mano prestada, cadenas, ollas comunitarias como solución a los problemas económicos y afectivos.

Vivimos en arriendo por más de 30 años y mi mamá supo de una propuesta de vivienda por autoconstrucción. Nos trasladamos entonces a Ciudad Hunza en donde encontramos todo por hacer. Es ahí donde se inicia esta aventura. Hoy completamos 35 años de trabajo comunitario, en el transcurso de este tiempo he venido participando en la cocreación de organizaciones que responden a las necesidades de la comunidad.

 

¿Podrías presentarnos estas organizaciones?

Primero, la Corporación para el Desarrollo Comunitario Ciudad Hunza “Corpohunza” y su programa de Hogar Infantil, la Corporación Casa de la Cultura Ciudad Hunza, Huerta Comunitaria, Mesa de organizaciones Comunitarias Hunzahua, Red de Bibliotecas Comunitarias de Suba. Todas estas organizaciones en Ciudad Hunza tienen en su práctica el generar organización, liderazgo, trabajo comunitario, y en red. Una organización nace de otra y ésta a su vez pertenecen a redes distritales nacionales e internacionales como la red “mujeres del mundo: una red para las autonomías de la mujeres” coordinada por “Quartiers du Monde”.

La Asociación Colectivo Loma Verde que surge de un proceso de capacitación de la Casa de la Cultura “Mujeres en Acción” es una organización ambiental de carácter comunitario que desarrolla un proceso de Economía Solidaria con perspectiva de género, cumplimos 19 años de trabajo en el reciclaje solidario por medio de convenios de corresponsabilidad con los barrios del Cerro Sur de Suba, Conjuntos residenciales, colegios públicos y privadas, instituciones del Distrito.

En la diversificación de ingresos y como estrategia de educación ambiental cocreamos la Tienda comunitaria “ATA QUICA” en la que se implementa el Recitrueque que es el intercambio de reciclaje por artículos de papelería, misceláneos, servicios de internet, ropa, zapatos, menaje de cocina juguetes, libros, plantas, semillas, trabajo.

 

¿Cómo ves la aportación de las mujeres a la ESS?

Creo que la ESS con perspectiva de género es una alternativa de cambio para nuestra comunidad, porque está centrada en la defensa de la vida. Tiene en cuenta a la persona y su entorno, es decir a la tierra como una sujeta de derechos. Es una economía que restablece los lazos de solidaridad y cercanía, genera, consensos y disensos que genera otras visiones de la vida, de la felicidad, del éxito basado en  valores como la capacidad de convivir y respetar la diferencia, trabajo en equipo, adaptación al cambio, disfrute del éxito del otro o la otra.

 

¿Cómo la crisis de covid-19 afectó tu trabajo?

En este tiempo de pandemia el trabajo del reciclaje fue una de las actividades de excepción; tuvimos la oportunidad de salir a trabajar cumpliendo los debidos protocolos de seguridad pero la los precios del material bajaron, afectando la economía de los hogares, fue posible mitigar los efectos por los trabajos en red que se realizaron como la cogestión de apoyos solidarios del gobierno (mercados, bonos) el Bancomunal propuesta de ahorro y prestamos solidarios, colecta de alimentos para las familias del barrio

 

Trabajas muy cerca de tu territorio pero tu colectivo también forma parte de unas redes continentales e intercontinentales. ¿Cúales son en tu opinión los beneficios de estas alianzas?

Veo la importancia de pertenecer a la red de ESS continental / intercontinental porque en la práctica ha demostrado ser el camino para avanzar unidas hacia la economía justa y lograr que el discurso permee todas las instancias de participación de la sociedad. Hace 30 años soñamos que esta propuesta fuera implementada en los lenguajes y discursos de las instituciones. Hoy ya hablan de “negocios sostenibles”, “socialmente responsables”! Sin embargo, hay que tener la previsión para que no se desvirtúen los conceptos y se pierda la esencia de la propuesta. Debemos continuar reflexionando y profundizando en  la ESS que es ante todo la DEFENSA DE LA VIDA.