Entre el 17 de abril y el 7 de mayo, RIPESS Intercontinental organizó tres webinarios para analizar las respuestas colectivas y sostenibles que construye la Economía Social Solidaria (ESS) más allá de la crisis COVID-19.
Esta serie de webinarios ha sido el inicio de un gran debate sobre cómo llegamos a este punto desde una perspectiva de la ESS. Y también ha puesto de relieve las respuestas concretas de solidaridad que se están construyendo desde los proyectos de ESS (tanto en esta situación de emergencia, como en general como una solución a los desafíos globales). Celebrados en tres idiomas distintos (inglés, francés y español), cada webinario contó con la participación de diversos ponentes representantes de Asia, Europa, Norteamérica, Latinoamérica y África.
Las consecuencias de la expansión del COVID-19, en primer lugar enmarcadas como una crisis sanitaria, están poniendo de relieve la inminencia de una crisis mucho más peligrosa, mucho más arraigada: aquella que va más allá de los parámetros sanitarios y que estaba ahí antes de que esta enfermedad se propagase por todo el planeta. El COVID-19 tiene el efecto de hacer aún más visibles la crisis climática, la crisis del sistema alimentario, la crisis de la ciencia y la investigación, de la gobernanza, la crisis política, social y cultural, la del sistema de cuidados y los movimientos migratorios, y una crisis económica global. Todas ellas interconectadas entre sí y componentes clave de la crisis sistémica a la que se enfrenta la humanidad bajo los parámetros del sistema capitalista.
Los y las ponentes de los webinarios organizados por RIPESS en los últimos meses, han tratado de explicar cautelosamente las consecuencias de la pandemia mundial, pero sobre todo han dado pie a repensar y reflexionar sobre los nuevos modelos de sociedad post-COVID, en los que impulsar la Economía Social Solidaria (ESS) parece más urgente que nunca. La idea clave recogida en los tres Webinarios es desarrollar una ESS que permee las estructuras de poder, las dinámicas internacionales, nacionales y locales, y resulte en unas políticas públicas que favorezcan los vínculos y las relaciones que sostienen la vida, y no aquellas que sostienen al mercado.
Como explicaba Luciane Lucas en el Webinario en Castellano, la economía de mercado está construida para reafirmar el valor de las diferencias (asimetrías), mientras que la ESS piensa desde la participación, la autogestión y el apoyo mutuo, y por ello se debe repensar en cómo poner estas últimas al servicio del sector público. Porque volver a la normalidad que proponen las élites gobernantes cuando se reactiven los flujos productivos, no debería ser una opción. Para ello, es imprescindible que las redes de ESS sigan aumentando su presencia en los territorios y estén presentes en todos los circuitos necesarios para vivir (producción, consumo, financiación, sector de la vivienda, alimentación etc), así como también deberían estrechar su relación con los movimientos sociales y las diferentes iniciativas que ya están presentes en muchas comunidades. En definitiva, el reto está en presentar la ESS como una opción real para las personas, hasta que al final se impulse un cambio de paradigma que nos lleve a desarrollar una educación hacia el cuidado de la vida y el planeta y nos permita abandonar “el pensamiento único” que actualmente modera nuestra conducta –como mencionaba Nicolás Cruz, de RIPESS LAC, en el mismo Webinario.
Esta crisis abre varios escenarios peligrosos. Por un lado, corremos el riesgo de sufrir un aumento de las medidas autoritarias, lo que podría conllevar, –como explicaba Jason Nardi, de RIPESS Europa– a un aumento de la extrema derecha y a que los gobiernos impongan estrategias políticas que primen lo económico a lo social y acaben por profundizar las desigualdades. Además, a pesar de que la enfermedad no tiene ideología por sí misma, estamos viendo que afecta de manera desigual a las personas, cumpliendo así todos los elementos de una pandemia marcada por la clase, el género y la raza. Tanto la ONU como la Organización Internacional del Trabajo coinciden en que el virus está teniendo un coste más alto para las mujeres, porque son ellas las que sostienen los trabajos clave para asegurar la supervivencia en esta pandemia, y porque desgraciadamente, la violencia de género está batiendo récords en todo el mundo, pues muchas mujeres están encerradas con sus maltratadores.
Esta perspectiva de género ha estado presente en los tres webinarios, y ha llevado a que algunas de las ponentes hiciesen importantes reflexiones al respecto. Así, como explicaba Eri Trinurini (ASEC, RIPESS Asia), es preciso hacer políticas en clave feminista para poner en el centro de la agenda la emergencia de la diversidad, las mujeres y sus intersecciones, y finalmente comprender que esta pandemia no es igual para todas y todos.
La importancia de las experiencias locales
No obstante, también es cierto que más allá de la inmensidad de riesgos que traerá consigo esta pandemia, como se pudo comprobar en los tres webinarios, no son pocas las iniciativas solidarias de buenas prácticas que se están desarrollando en diferentes lugares de todo el mundo: desde radios comunitarias en Portugal para fortalecer el encuentro de colectivos, hasta el intercambio de productos en Chile para sostener a las poblaciones rurales, pasando por la producción local de mascarillas en Camerún etc. De hecho, tanto Elise Pierrette Memong como Madani Coumare, desde RAESS-RIPESS África, explicaban la importante movilización que, a pesar de la preocupante situación, está teniendo lugar en la mayor parte del continente africano, en donde las redes de ESS siempre han tenido una importante presencia.
En este sentido, y aunque la experiencia demuestra la dificultad del proceso, y la capacidad de un sistema por adaptarse siempre a las nuevas circunstancias para asegurar su propia supervivencia, los ponentes en los diferentes webinarios destacaron que, como sociedad, también somos conscientes de que somos voces necesarias en la nueva realidad post-Covid.
Si algo dejan claro los webinarios es que la Economía Social Solidaria tiene un papel muy importante a la hora de redefinir la convivencia. Es necesario ponerse las lentes de la ESS y reconocer las múltiples resistencias que ya están teniendo lugar en los diferentes territorios, lo que ayudará a presionar a los Gobiernos y sus políticas públicas para que impulsen otros modelos de sociedades implicadas con la urgencia climática y centradas en el sistema de cuidados.
En definitiva, para los ponentes de los tres webinarios, es necesario redefinir con solidaridad la idea de convivencia, repensar en cómo construiremos la comunidad, y afrontar, todas y todos juntos el desafío actual: conectar las demandas y las acciones que están surgiendo en los diferentes territorios y redes, hasta transformarlas en un horizonte seguro de futuro.
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